Las marchas obreras que se han producido durante el mes de Agosto en Andalucía y todas las acciones de desobediencia civil y pacifica llevadas a cabo por el Sindicato Andaluz de Trabajadores, han servido para despertar la conciencia de mucha gente y dar un toque de atención a los Gobernantes sobre la situación de pobreza que se vive en toda España.
Sin embargo ciertos tertulianos y medios de comunicación no han dejado de criminalizar el movimiento y se han empeñado en hacer demagogia. Hemos escuchado como, a Sánchez Gordillo, se le hacían preguntas como “¿Entonces según usted que tiene que hacer un parado que no tiene para comer, ir al supermercado y coger todo lo que quiera sin pagar?” y frases como “Ustedes son unos sinvergüenzas porque se dedican a hacer propaganda política con sus acciones mientras los que de verdad lo necesitan no pueden permitirse asaltar un supermercado porque a diferencia de usted no tienen una condición de aforado que les proteja”
Es cierto. Una persona que esta en paro y tiene que mantener a sus hijos no puede permitirse ser detenido, al igual que alguien que dispone de un trabajo no puede exponerse a perderlo por participar en ciertas movilizaciones.
Es por eso que los que tenemos que luchar por esa gente y también por nosotros mismos, somos aquellos que menos tenemos que perder y que sin embargo tenemos mucho que ganar. Como dijo Julio Anguita “La rebeldía siempre ha surgido de aquellos que podían comer todos los días”.
Toda esa gente, que no tiene nada que perder o que están dispuestos a arriesgar lo que tengan por conseguir frenar este alud de injusticias son los que deben encabezar todas las movilizaciones que se planteen para luchar contra este régimen injusto en el que los bancos llevan la batuta de nuestras vidas.
El Gobierno, a través del Ministerio del Interior y apoyado por los medios de comunicación ya están actuando con la política del miedo. Pretenden asustar a la población para que no tome parte activa en las protestas. Lo hemos visto estos días con la marcha obrera en Andalucía, cuando la policía ha ido comercio tras comercio recomendando a los comerciantes que cerrasen sus locales, como si una horda de bandoleros fuese a saquear la ciudad.
Hay que dejar claro que los objetivos nunca han sido ni serán los pequeños y medianos comercios y ningún trabajador. Todo los contrario, de lo que se trata es de luchar contra las grandes multinacionales y contra los bancos, los culpables de la actual situación económica y social. Los beneficios de los bancos son privados y se quedan en los bancos. Sin embargo el rescate de esos bancos lo estamos pagando todos.
Por lo tanto, no caigamos en su juego y no dejemos que la política del miedo calle nuestras voces. Si nos mantenemos unidos otra salida es posible.
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