Desde que los hijos del franquismo ganaron las últimas
elecciones generales, todo ha sido un continuo devenir de atropellos sociales,
políticos y económicos. Fieles a la naturaleza de su partido, fundado por un ex
ministro de Franco implicado en numerosos asesinatos políticos durante la
dictadura, han comenzado a darle un vuelco estructural al sistema y a
imprimirle su particular sello ideológico.
Este Gobierno, que ha confundido mayoría absoluta con
autoritarismo, permanece pasivamente arrodillado y sumiso a las ordenes que
recibe de los grandes poderes mundiales dominantes; Los poderes económicos. En
el escaso año y medio que lleva gobernando se ha aprovechado de la situación de
crisis reinante para aplicar una serie de medidas neoliberales que, lejos de
sacar adelante al pueblo llano, lo hunde cada vez en un pozo más profundo
mientras pone en un altar a los causantes de la crisis.
Se podría decir que está llevando a cabo una política
similar a la desarrollada por el tristemente conocido economista, Milton
Friedman, y sus Chicago Boys en diversos países de América Latina. La conocida
como Doctrina del Sock, consistente en aprovechar las situaciones críticas de
un país para poder aplicar las medidas más extremas del neoliberalismo.
Pero esta política del gobierno no sería totalmente
aplicable sin la consiguiente represión contra los movimientos sociales que la
denuncian. Es por eso que nos hemos habituado a escuchar a numerosos líderes
del PP llamar terroristas y etarras a todo lo que se mueve fuera de su
estrecho círculo ideológico. El arresto de Alfon y su posterior encarcelamiento
en régimen FIES y las detenciones de los fotoperiodistas Raúl Capín y Adolfo Luján en sus respectivos domicilios,
son una muestra más de la política represiva con la que el gobierno intenta
amedrentar y acallar a la población.
Los mismos que han ordenado estas detenciones se llevarían
las manos a la cabeza si estos mismos hechos hubiesen sucedido en Venezuela o
Cuba, en cuyo caso los habrían calificado como represaliados políticos como
poco. No es de extrañar que el gasto en material antidisturbios haya aumentadoen un 1780% mientras las partidas destinadas a educación, cultura o sanidad han
descendido drásticamente.
Mientras todo esto ocurre, poco a poco el gobierno se va
quitando la careta de demócrata. El ministro de educación, José Ignacio Wert, redacta
una reforma educativa en la que impone la asignatura de religión y la equipara
con cualquier otra asignatura, favorece la segregación por sexos y los centros
de educación concertada y reimplanta las revalidas, diseñadas para discriminar
entre alumnos de primera y de segunda. El Ministro de Justicia desarrolla
una ley que hace que la justicia solo esté al alcance de quienes tienen dinero
para costeársela y otra reforma contra el aborto que recorta drásticamente los
derechos de la mujer. De Guindos habla de españolizar a los alumnos catalanes y
la Delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, de restringir el derecho
de manifestación.
Por otro lado el Partido Popular continúa con su apología de
la dictadura franquista. Recientemente la Delegada del Gobierno en Catalunya
llevó a cabo un homenaje a la División Azul, que como todos sabemos combatió
junto a Hitler bajo la esvástica. Los símbolos franquistas, que como dicta la
Ley de Memoria Histórica, deben ser retirados de las calles, permanecen en su
sitio. El Ministro de justicia alega que en la situación de crisis en la que
estamos no se puede afrontar el gasto que supondría retirarlos. Sin embargo va
a gastar 280000 euros en la reparación del Valle de los Caídos. Un monumento
construido por los esclavos de la dictadura para el ensalzamiento del
franquismo y que tiene escaso atractivo turístico. Y por último, el Partido
Popular, junto a “UPyD de las JONS”, ha echado abajo una iniciativa de IU para
declarar un día contra la Dictadura Franquista.
Todo lo expuesto en este artículo, junto con la historia del
PP, es suficiente evidencia del espíritu dictatorial y autoritario de este
Gobierno, y queda claro que su política cada vez se torna más agresiva para con
el pueblo. Y es que amigos, el franquismo nunca se fue, sino que ha permanecido
oculto en la sociedad y ha resurgido con fuerza de la mano de sus herederos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario