miércoles, 18 de noviembre de 2015

Explicar el origen de Daesh no significa justificar sus actos terroristas


Con motivo de los atentados de París, un amigo me comentaba el otro día que “a ver si Europa les planta cara de una vez a los terroristas, que siempre son los mismos los que les hacen frente con huevos: EEUU”. A lo que yo respondí que EEUU tiene gran responsabilidad de que existan esos grupos terroristas igual que en su día la tuvo de fortalecer a los talibanes en Afganistán. También añadí que pese a la menor propaganda en occidente, Rusia ha hecho mucho más contra Daesh en 2 meses que EEUU en 2 años.

Su respuesta fue: “¿Y qué responsabilidad tiene EEUU? A ver si ahora la culpa de que atenten la tiene EEUU. ¿Entonces te parece bien que atenten?”. Estos días he escuchado varias veces este tipo de afirmaciones cuando alguien intentaba explicar los orígenes de Daesh, e irritado y con la confianza que da hablar con un amigo, comenzó la discusión.

En primer lugar señalé que EEUU, junto a España y Gran Bretaña, era el principal responsable de haber invadido y destrozado Irak amparándose en un pretexto -el de las armas de destrucción masiva- que como a estas alturas sabe todo el mundo, resultó ser totalmente falso. Después abandonó el país, sumido en el caos, y con un caldo de cultivo perfecto para favorecer la implantación y desarrollo de grupos extremistas.

No olvidemos que los orígenes de Daesh se encuentran precisamente en Irak, tras la desmembración del ejército y la inclusión de milicias sectarias en las nuevas fuerzas de seguridad establecidas por EEUU. Muchos de los viejos oficiales del ejército de Saddam fueron luego líderes importantes de Daesh.

Continué exponiendo el hipócrita papel de policía del mundo que lleva a cabo EEUU, amparando sus intervenciones en Libia o Siria bajo el pretexto de la defensa de los Derechos Humanos. En el caso de Libia, donde antes los grupos terroristas islamistas no movían ni un dedo, dejando una vez más un país destrozado y con ambiente propicio para la expansión del terrorismo, como así se ha demostrado.

Actualmente Libia es un Estado Fallido dividido en feudos controlados por diferentes grupos armados y señores de la guerra que se disputan el poder unos a otros. Ese es el legado que la OTAN le ha hecho al pueblo libio al que iban a “salvar”.

En Siria otro tanto de lo mismo, armando y entrenando a lo que ellos llaman “Rebeldes Moderados”, un conglomerado de más de 70 grupos armados diferentes en los que destacan grupos de corte islamista en su mayoría, muchos de los cueles han acabado desertando y abandonando las armas estadounidenses en manos del Frente Al-Nushra o Daesh, si no directamente pasando a engrosar las filas de estos grupos terroristas.

Le recordé que la historia ya nos había enseñado que esto podía ocurrir y le puse el ejemplo de Afganistán, cuando en la década de los 80, EEUU financió, entrenó y armó a los talibanes para apoyarles en su lucha contra la Unión Soviética. En aquellos días pudimos ver a líderes Talibanes sentados en la Casa Blanca y a Bin Laden en portadas de periódicos americanos presentado como un héroe de la lucha anti-soviética. No hace falta que diga lo que ocurrió después con Bin Laden y los Talibanes.

Mi amigo me dijo que si EEUU había intervenido en Libia o Siria, era para derrocar a régimenes dictatoriales. Ante eso le intenté hacer reflexionar sobre algunas cuestiones.

Los motivos de EEUU para intervenir militarmente en estos países distaban mucho de ser la lucha por la defensa de los DDHH. Fueron motivos de corte económico o de intereses geopolíticos. En el caso de Siria por poner un ejemplo, vieron la oportunidad de derrocar a uno de los principales aliados de Rusia en oriente medio en un momento en el que Rusia estaba ganando peso de nuevo en el mundo, especialmente en esa zona, con acuerdos con Irán y otros países.

El caso egipcio

Para intentar respaldar mis argumentos, le dije a ver si no se preguntaba por qué en Egipto no hubo intervención de EEUU a favor de los manifestantes.

Egipto fue uno de los países que vivieron lo que se conoce como “primaveras árabes”. En 2011, el pueblo egipcio se levantó contra Hosni Mubarak, militar que llevaba gobernando el país con mano de hierro durante 30 años, y tras ser reprimido a sangre y fuego y después de la muerte de 800 personas, consiguieron derrocarle. Todo ello sin la más mínima intervención militar extranjera de apoyo a los manifestantes, como sí ocurrió en Libia. A lo sumo, ambiguas declaraciones de la UE llamando al diálogo pero sin condenar contundentemente los asesinatos de la policía y el Ejército de Mubarak. Y es que Egipto recibe anualmente alrededor de 1.500 millones de dólares en ayuda militar por parte de EEUU

Después de la caída de Mubarak, se celebraron elecciones en las que resultó vencedor Mohamed Morsi. Su gobierno, pese a ciertas cuestiones polémicas, el primero elegido democráticamente en décadas, duró escasos meses hasta que el General al-Sisi protagonizó un nuevo golpe de estado haciéndose con las riendas del país. Este nuevo gobierno fue reconocido inmediatamente por EEUU.

Hosni Mubarak, que durante el breve periodo que duró el gobierno electo de Morsi, fue juzgado y condenado a cadena perpetua por su responsabilidad en el asesinato de cientos de personas durante la represión de las protestas, fue sometido a nuevo juicio por orden de la junta militar. Juicio del que, oh sorpresa, salió absuelto de todos los cargos.

Evidentemente, en el caso egipcio, a EEUU se le debió pasar todo su interés por defender los Derechos Humanos.

También conviene mencionar que uno de los principales aliados de EEUU en oriente medio, es Arabia Saudí, que pasa por ser uno de los países que más viola los DDHH en todo el mundo. Y es que Arabia Saudí, al igual que Daesh se rige por preceptos sacados de la llamada Ley Islámica o Sharia. No entraré en ello pero conviene recordar también la inestimable ayuda que ha supuesto Arabia Saudí para la expansión de Daesh en Siria e Irak. Sin embargo occidente y EEUU no le hacen ascos a su interesada amistad.


Conclusión

La acusación que hizo mi amigo sobre que yo justificaba los atentados terroristas de París no es la única cosa chocante que he escuchado estos días. El Presidente Hollande afirmaba el otro día que esto era una guerra entre su civilización y la nuestra.

Me gustaría saber a qué civilización se refiere Hollande, porque a Daesh le están combatiendo y sufriendo sobre el terreno y sin tanta propaganda como los bombardeos otanistas, el pueblo Kurdo (Que es periódicamente bombardeado por Turquía, miembro de la OTAN), Rusia, Irán, Irak, Hezbollah, Jordania… Todos ellos pueblos muy diferentes, con culturas diferentes y orígenes distintos.

Si con lo de “nuestra civilización”, Hollande se refiere a Europa y EEUU creo que no ha entendido nada. Ya de paso me gustaría recordar lo que tanto hemos repetido los últimos días. Las principales víctimas del terrorismo islamista son precisamente los musulmanes. No caigamos en provocaciones fáciles y en la xenofobia.

Por último, por si alguien no entiende la diferencia entre explicar y justificar, voy a poner un ejemplo muy sencillo:

En los libros del instituto nos explicaban el ascenso del nazismo en Alemania, por el sentimiento de humillación del pueblo alemán tras la derrota en la Primera Guerra Mundial y las condiciones impuestas por los vencedores, lo que creó un caldo de cultivo perfecto para que germinase la semilla del nazismo.

¿Justificaban estos libros el nazismo al explicar el porqué de su surgimiento y auge? No creo que nadie lo piense, pero quien sabe…

3 comentarios:

  1. No entiendo cómo tienes tan pocos seguidores en Twitter, tu información es tremenda.

    PD: Qué flipe ese recorte de periódico

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    1. Si pero eso de que España destruyo Irak huele a izquierda rancia
      Ni mandamos tropas a luchar ni se le debe olvidar que todos menos Alemania y Francia (hacían negocios con el tirano) lo apoyaron como Italia Japón ...

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    2. Izquierda rancia dice.... es lo que tiene estar ideológicamente en la extrema derecha, que todo lo demás está a tu izquierda. Lógico. Pero aunque no lo quieras admitir, el gobierno español de Aznar apoyó la invasión de Irak, en una votación vergonzante en el congreso, con aplausos en la bancada del PP tras decidir apoyar el asesinato de miles de personas. Ni un solo diputado del PP, los que son tan católicos, votó en contra de la guerra. Y eso lo sabe cualquiera que esté medianamente informado, sea de derechas o de izquierdas.

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